¿Estamos ante un nuevo superciclo del cobre? ¿Cómo lo aprovechamos?

Impulsado por la demanda global y la transición energética, el precio del cobre vuelve acercarse a máximos históricos. Economistas y expertos analizan si esta alza marca el inicio de un período que podría redefinir la economía nacional.

JOAQUÍN VILLARINO: “Con agilidad, Chile puede capturar esta oportunidad”

“Hoy la demanda por cobre, y otros minerales como el litio, responde a tendencias profundas y sostenidas, como la electrificación del transporte, la expansión de las energías limpias, y la construcción acelerada de centros de datos por el desarrollo de la inteligencia artificial”, señala el presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino. Por eso, agrega que más que hablar de un superciclo transitorio, “estamos frente a una ventana de oportunidad extendida, cuya duración dependerá de la capacidad de los países productores de reaccionar a tiempo”.

 

Chile puede capitalizar esta demanda si agiliza los permisos sin reducir estándares medioambientales; da certeza y estabilidad regulatoria y fiscal, y mantiene un clima de inversión basado en confianza y diálogo. “Si combinamos agilidad, certeza y sostenibilidad, Chile puede capturar esta oportunidad de manera plena”, destaca Villarino.

La capacidad técnica y proyectos en cartera están (US$ 83.000 millones en cartera y US$ 36.000 millones ya en ejecución), pero no es automático. Los mayores costos energéticos y la disponibilidad de agua son desafíos importantes. Una salida pasa por acelerar electrificación con energía renovable, impulsar eficiencia y productividad en faenas, profundizar soluciones que ya tienen nuestras empresas serias en materia hídrica, y garantizar reglas estables que permitan inversiones.

“El país debe asegurar que los beneficios de este nuevo ciclo de altos precios sean sostenibles a través de estrategias que aborden obstáculos en infraestructura, educación y diversificación productiva regional, manteniendo reglas fiscales y regulatorias estables que incentiven la reinversión y el desarrollo de cadenas de proveedores locales”, asegura.

VITTORIO CORBO: “Lo más importante es facilitar la expansión de la oferta interna”

“Chile está mejor preparado que en el pasado para maximizar sus beneficios gracias a una institucionalidad macrofinanciera robusta. La regla fiscal obliga a actualizar cada año, a través de un comité de expertos, el precio de largo plazo del cobre, que es la base para estimar los ingresos estructurales y el gasto público compatible con la meta de balance estructural”, señala el economista y expresidente del Banco Central Vittorio Corbo. Y agrega que la política monetaria basada en metas de inflación y tipo de cambio flotante permite absorber shocks externos sin presiones inflacionarias excesivas. “En conjunto, este marco reduce la probabilidad de un recalentamiento y favorece una administración responsable de los mayores ingresos mineros”, afirma.

Al mismo tiempo —matiza—, hay factores que actúan en sentido contrario: la desaceleración de China y del comercio global, el aumento de tensiones geopolíticas, el deterioro fiscal en economías avanzadas y el incremento de barreras comerciales que frenan el dinamismo de la actividad mundial.

“Para que Chile pueda captar al máximo esta nueva ola de demanda, lo más importante es facilitar la expansión de la oferta interna. Esto requiere eliminar cuellos de botella en la infraestructura y mejorar transportes relevantes”, dice. Y en el plano macroeconómico —añade se necesita recapitalizar el FEES, para reconstruir un colchón de ahorro fiscal, y tener un fondo soberano con cuyos flujos sostenibles financien mejoras en la educación y promover la innovación.

“Recordemos que el superciclo de los 2000 fue impulsado principalmente por el extraordinario crecimiento de China, que generó a tasas muy elevadas una fuerte demanda de cobre y de otros productos para su urbanización. En cambio, el escenario actual abre un nuevo ciclo de desarrollo ligado a avances asociados a la inteligencia artificial, la electrificación masiva del transporte y de procesos productivos. Es una base de demanda estructuralmente distinta, menos concentrada en un solo país y más vinculada a transformaciones tecnológicas globales”, cierra.

JORGE RODRÍGUEZ: “Debemos avanzar en reconstruir el FEES a 5% del PIB”

“Chile tiene una buena regla fiscal basada en el balance estructural y en un nivel prudente de deuda, que en teoría permite lidiar con los ciclos del cobre”, señala Jorge Rodríguez Cabello, expresidente del Consejo Fiscal Autónomo (CFA), y agrega: “El desafío es cumplirla de manera mucho más estricta de lo que ha ocurrido, pues según reporta la misma Dipres, entre 2001 y 2025, las metas de balance estructural se habrán incumplido en 15 de 25 años. Una cara de esto es que los recursos del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), el fondo soberano donde se ahorran los recursos del fisco, disminuyó desde un récord de 13,5% del PIB en 2008, a solo 1% del PIB en la actualidad. Por tanto, si viene un nuevo ciclo de altos precios del cobre, debemos ponernos como objetivo avanzar en reconstruir el FEES al menos hasta un 5% del PIB, que es lo que ha recomendado el FMI para estar bien preparados para crisis futuras”.

En términos de diseño conceptual, Jorge Rodríguez indica que la regla fiscal de balance estructural está alineada para generar ahorros en la parte positiva del ciclo de precios del cobre. “El desafío viene más por la economía política que está implementación, que requiere cumplir las metas para ahorrar más por mayor gasto. En ese sentido puede contribuir el Consejo Fiscal Autónomo, en su rol de encender alertas y dar recomendaciones en pos de la sostenibilidad fiscal de largo plazo”, sugiere.

CRISTIÁN CIFUENTES: “Chile aún no está plenamente preparado para capturar todo el ciclo”

“Si bien Chile tiene bases sólidas en materia de recursos mineros, infraestructura eléctrica, suministro hídrico, infraestructura logística y estabilidad macro, aún no está plenamente preparado para capturar todo el ciclo”, precisa el analista sénior de Cesco Cristián Cifuentes. Hay avances en temas relacionados a la agilidad para la obtención de permisos, en especial con la Ley de Permisos Sectoriales en curso, y coordinadora para obras hídricas y energéticas, pero aún se observan cuellos de botella en evaluación ambiental, tramitación sectorial y certeza en los plazos.

Otro punto importante —a su juicio— es que “la cartera de proyectos está concentrada en iniciativas brownfield, mayormente, lo que deja poco espacio a aumentar la ‘producción nueva’. Sumado a eso, la capacidad de fundición/refinación se encuentra debilitada y aún no logramos una internacionalización importante de nuestros proveedores”, precisa. “También faltan incentivos fuertes a la exploración temprana y una gobernanza clara para compartir riesgos y beneficios territoriales. Para capitalizar, Chile debe acelerar mejores prácticas de productividad y proyectos brownfield, acortar tiempos de permisos y asegurar energía/agua competitivas en los distintos niveles. Asimismo, es importante discutir la necesidad de reformas laborales e incorporar lineamientos macroeconómicos sostenibles para reducir la dependencia de las exportaciones y llevarlas a un alto estándar internacional dando baja huella”, asegura.

“Según la International Energy Agency (IEA), en esta década, los tres motores estructurales de la demanda de cobre serán las energías limpias y expansión de redes eléctricas, la electromovilidad y la digitalización, inteligencia artificial (IA)”.

 HERMAN GONZÁLEZ: “Para capitalizar este ciclo, es fundamental que el país aumente la producción”

“Existen antecedentes para pensar que el mercado entró en un nuevo superciclo aproximadamente después de la pandemia. En esta ocasión, a diferencia del superciclo anterior (2000-2014), que fue impulsado por la economía china, el alza de precios se debe principalmente a la transición energética —un fenómeno más global— en un contexto de alta rigidez de la oferta”, explica el economista y coordinador macroeconómico de ClapesUC, Hermann González.

Chile tiene una oportunidad enorme porque es el principal productor mundial de cobre del mundo. Para capitalizar de mejor manera este ciclo —añade— “es fundamental que el país aumente la producción y ello requiere acelerar la facilitación regulatoria (sectorial y ambiental) que hace excesivamente largos los plazos para materializar proyectos mineros, así como también generar incentivos para la llegada de nuevos actores y acelerar la preparación de mano de obra calificada”.

Sobre las diferencias con el ciclo anterior, señala que en el actual “se observan más dificultades para que la oferta responda, porque en los países productores existen mayores dificultades para la aprobación de proyectos, menos leyes del mineral y, en consecuencia, mayores costos de producción”. Otra diferencia es que en el superciclo del 2000, el precio se multiplicó por más de cuatro, pasando de menos de US$ 1 a US$ 4 la libra. En este caso, de acuerdo con la mayor parte de las proyecciones, no se espera un aumento de esa magnitud”.

 

Fuente: El Mercurio 

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