22 Ago Minería emergente: motor de desarrollo futuro
Por: Jorge Cantallopts, Director Ejecutivo de CESCO.
La llamada mediana minería en Chile desempeña un papel fundamental en el desarrollo económico y social del país. Esto gracias al gran aporte en la generación de empleo local, en la promoción de la diversificación económica, y su contribución al crecimiento sostenible de las comunidades, en las que, en muchos casos, posee vínculos más activos que la gran minería.
En el reciente estudio “Minería emergente: desafíos de la mediana minería en Chile”, elaborado por CESCO y Deloitte, detectamos varios de los desafíos que deben abordarse para lograr su crecimiento y excelencia, tales como: una adecuada medición y gestión de sus impactos ambientales, baja tecnologización, y una normativa actual diseñada con estándares de gran minería, haciendo que estas empresas incurran en mayores costos y tiempos de aprobación para cumplir con las regulaciones ambientales, afectando la sostenibilidad de sus proyectos que tienen ciclos productivos más cortos que la gran minería.
Sabemos que es necesario garantizar que las operaciones mineras sean social y ambientalmente responsables, lo que implica implementar prácticas de gestión ambiental, promover la participación de las comunidades locales y asegurar la transparencia en los procesos de extracción y producción.
Uno de los principales hallazgos fue además, que el 67% de las empresas no publica informes o divulgaciones relacionadas con su desempeño en temas de sostenibilidad (ambientales, sociales y de gobernanza) y el 75% no utiliza estándares o marcos de reportabilidad para elaborar sus informes y divulgaciones.
En el ámbito del capital humano, es posible indicar que la mediana minería tiene el potencial de ser un motor de desarrollo de competencias y habilidades, fomentando la capacitación y el crecimiento profesional de las y los trabajadores. Este enfoque integral no solo beneficia a las empresas y al personal, sino que también fortalece las comunidades locales, creando un ciclo virtuoso de desarrollo y progreso.
Los resultados muestran también, la preponderancia del trabajo local del sector, variabilidad en el tamaño de la fuerza laboral y una fuerte dependencia de la mano de obra contratista en el sector. Asimismo, ha hecho reflotar uno de los desafíos más importantes del sector: la retención de talento. Es así como el 73% de las empresas encuestadas dice estar haciéndose cargo de esto a través de la realización de evaluaciones de necesidades de capacitación, que es crucial para identificar y abordar las áreas donde se requiere un mayor fortalecimiento de competencias.
En virtud del escenario cambiante en materia organizacional en la actividad minera y en los diversos desafíos que debe enfrentar la minería a futuro, es importante tener estrategias para capacitar y generar nuevas habilidades en los equipos de trabajo. Bajo este punto, un 20% de las empresas medianas encuestadas en el estudio declara no tener una estrategia clara de desarrollo profesional, lo que indica una necesidad urgente de establecer planes estructurados que aseguren el crecimiento y la evolución de sus trabajadores y trabajadoras.
Respecto a temas de innovación, pudimos evidenciar que las empresas concuerdan que la ruta hacia una cultura de innovación en la minería emergente de nuestro país es un viaje que combina la implementación de tecnologías avanzadas con un enfoque en la creatividad y la adaptación continua. Según los datos recopilados, el 56% de las empresas asegura que el enfoque de la innovación en los últimos años se ha centrado en proyectos de innovación específicos. Sin embargo, el 60% de las empresas afirma no tener una cultura de innovación definida.
Es destacable también conocer que la falta de financiamiento muchas veces ha obligado a la mediana minería a convertirse en un agente activo en la innovación tecnológica e investigación en la minería nacional al permitir que sus instalaciones se conviertan en focos de pilotaje e investigación de nuevas tecnologías.
Entendemos que la mediana minería, tanto del cobre como del oro, hierro, litio y otros minerales, enfrenta muchos desafíos que conocemos bien en el ámbito de la gran minería del cobre como son la descarbonización, la licencia social para operar, el complejo y a veces extenuante camino a la obtención de permisos para el desarrollo de proyectos, entre otros, a los que se le suma la falta de políticas específicas y desconocimiento, tanto del sector público como de los propios proveedores e incluso mundo académico. Además, su vínculo con las comunidades y su potencial de crecimiento, que es significativamente mayor que el de la gran minería del cobre y que otros sectores de la economía chilena, le otorgan a la llamada minería emergente la enorme oportunidad de transformarse cada vez más en un motor de desarrollo para nuestro país, por lo que desde CESCO comprometemos a darle la visibilidad y generar los espacios que el sector requiere.
Análisis publicado en Revista Minería Chilena.