“Temas como la sequía y el medioambiente deben ser abordados por la industria”

OPINIÓN PÚBLICA: “Temas como la sequía y el medioambiente deben ser abordados por la industria”

Así lo asegura Francisco Klima, tras la presentación de los resultados de la encuesta de Opinión Pública 2019 de la Región de Coquimbo, que arrojó resultados prometedores para la industria. Sin embargo, señala, para mantener el  nivel de confianza en el sector – que llega a un 44% – es necesario que la minería integre en su oferta de valor los desafíos sociales y ambientales “que hoy la ciudadanía demanda con fuerza”.

Un 52% de los habitantes de la Región de Coquimbo considera a la minería como la actividad económica más importante para el desarrollo de su región y un 44% confía en las empresas del sector. El empleo, en tanto, es la principal preocupación, por sobre seguridad y salud. Esas son algunas de las principales conclusiones del estudio de Opinión Pública realizado por la consultora Dinámica Plataforma y el Diario El Día en la Región de Coquimbo, y cuyos resultados fueron lanzados recientemente ante autoridades políticas, ejecutivos de empresas, gremios y distintos actores de la sociedad civil de la región.  

Francisco Klima, director ejecutivo de Dinámica Plataforma, explica que se trata de la segunda versión de un estudio público-privado iniciado el año pasado, motivado por la falta de evidencia que existe en las regiones para dinamizar el debate público, así como por las necesidades de información de instituciones públicas y privadas con impacto territorial, tales como la minería.

“La minería tiene un rol bien importante que jugar. Por su tradición en la región y por sus ahora conocidos niveles de confianza, es un actor llamado a romper la inercia, tomar el liderazgo y convocar a una conversación pública acerca de cómo la región conjuga el progreso que necesita con los desafíos sociales y ambientales que también tiene el territorio”, explica el sociólogo especialista en estudios territoriales en conversación con CESCO.

La minería es percibida como la actividad más importante para el desarrollo de la región (52%). Esto, pese a que está constantemente en el debate público, por su impacto social y ambiental. ¿Cómo pueden las empresas mineras capitalizar esta percepción?

Creo que la minería tiene dos desafíos bien importantes en la región. El primero, y casi natural, es que indudablemente tiene un rol significativo en seguir empujando el desarrollo económico del territorio. Más aún, considerando que el empleo es el principal problema que declaran las personas, con un 54%. En segundo lugar, estas cifras de apoyo a la industria son un llamado a ocuparse no solo de los problemas de la región, sino también de los desafíos que tiene la misma. Lo que nos están diciendo las cifras, es que la minería es un activo muy importante para el territorio y como tal debe ser capaz de convocar y articular una conversación pública que vaya más allá del empleo. Temas que afectan a la región como, por ejemplo, la sequía y el medioambiente, debieran ser abordados por la industria.

El nivel de confianza en las empresas mineras es relativamente alto (44%), incluso mayor al de las ONG s (42%). ¿A qué atribuyen estas cifras? ¿Hay espacio para aumentar el nivel de confianza? ¿De qué manera? 

Las cifras son buenas porque seguramente la gente percibe que la minería, en general, ha hecho un buen trabajo en esta región y es parte esencial de su progreso. Lo que hoy en día es la Región de Coquimbo en términos de diversificación urbana, desarrollo inmobiliario y oferta de servicios probablemente se deba en parte importante a los beneficios que la minería genera en la región, y eso la gente lo percibe. 

En este contexto, más que buscar espacios para crecer en confianza, lo relevante hoy es mantenerse, más aún si consideramos que estamos en un escenario de constante desaprobación de autoridades y desconfianza institucional. Y ese mantenerse pasa, seguramente, por seguir empujando el crecimiento económico de la región, pero también por integrar en su oferta de valor los desafíos sociales y ambientales que hoy la ciudadanía demanda con fuerza.

Pese a que la minería es percibida como la mayor actividad productiva de la región, sigue existiendo cierta percepción de incompatibilidad del desarrollo económico con el rol social y medioambiental de las empresas. ¿De qué forma podría la minería desarrollar una relación más virtuosa con las comunidades?

En el último tiempo hemos visto cómo la discusión en torno al medioambiente y el desarrollo local de las comunidades se ha tomado la agenda. Ante ello, la minería tiene que volver a mirar su oferta de valor. La generación de empleo y su contribución al desarrollo económico es un activo importante, pero insuficiente para generar una relación virtuosa. En este sentido, el cuidado del medioambiente, la transparencia en la relación con las comunidades y la preocupación por la salud de éstas al momento de operar son aspectos fundamentales a la hora de generar dinámicas de vínculo virtuosas. 

Esto no es sencillo: el contexto social y político en el que operaba la minería cambió rápidamente. Existe una crisis de los liderazgos tradicionales, vemos cada vez con más fuerza cómo se articulan nuevos intereses y liderazgos situacionales en los territorios, lo que genera mayores espacios para que los conflictos socio ambientales puedan ser instrumentalizados con fines políticos.

La industria debe, en este sentido, propiciar procesos de aprendizaje co evolutivos con los distintos actores de los territorios, de modo que podamos transitar hacia relaciones cada vez menos transaccionales y reactivas a los conflictos.

Los resultados de la encuesta muestran una gran variabilidad de los temas que preocupan a los habitantes de la región respecto de resultados de alcance nacional, en particular en lo que respecta a empleo y sequía. ¿De qué forma debieran los diferentes actores públicos y privados responder a estas inquietudes? ¿Tiene un rol la minería en ese sentido?

Los actores públicos deben comprender que a problemas complejos y desafíos estructurales, las lógicas colaborativas son las que más réditos pueden traer  a la Región de Coquimbo. Y en esta lógica debe estar no sólo la política, también las empresas privadas, las universidades, la sociedad civil. 

En este escenario, y como lo sostuve al principio, la minería tiene un rol bien importante que jugar. Por su tradición en la región y por sus ahora conocidos niveles de confianza, es un actor llamado a romper la inercia, tomar el liderazgo y convocar a una conversación pública acerca de cómo la región conjuga el progreso que necesita con los desafíos sociales y ambientales que también tiene el territorio. En el contexto de cambio climático, de COP25, de la discusión que existe a nivel internacional, esto se hace aún más importante de abordar para la minería.